Trabaja con tu niño para construir un laberinto. Usando cosas de tu casa como sillas, mesas, almohadas o cualquier otra cosa de utilidad. Luego, mientras cantan o ponen música, haz que tu niño camine por el laberinto. Cuando la música se detiene, él tiene que detenerse. Fíjate si se puede mover al ritmo de la música cuando se vuelve más rápida o más lenta.
Vea lo que aprende su hijo
Construir un laberinto requiere creatividad y capacidad para resolver problemas. Tu niño debe ser capaz de pensar sobre la marcha para comenzar y detenerse, y de moverse rápido y lento, lo cual requiere concentración y resistir la tentación de actuar en piloto automático, sino todo lo contrario, usar su autocontrol para responder a la música que cambia.