A medida que guardas los comestibles, involucra a tu niño diciendo algo como, “La comida congelada va en el estante” o “Voy a guardar las toallas de papel en el refrigerador”. ¿Tu niño se da cuenta de tu “error”? Anímalo a que te diga lo que está pensando: ¿A dónde deben ir esas cosas y por qué? ¡Luego deja que sea el turno de tu niño de engañarte!
Vea lo que aprende su hijo
Cuando cometes “errores” en broma, estás animando a tu niño a escucharte con atención y a usar lo que ya sabe para “corregirte”. Al pedirle a tu niño que comparta lo que piensa, estás ayudándolo a practicar detenerse para pensar antes de responder, una habilidad que requiere concentración y autocontrol.